Canto del Pilon - Maria Marquez y Frank Harris
¡Qué me duele la cabeza de tanto darle al pilón, para engordar un cochino y comprarme un camisón¡
La mujer enamorada se conoce caminando, porque mueve la colita como chivito mamando.
Échale cuero a la negra, échale con un bejuco, “pa” que no diga después que tiene el cuerpo maluco.
No me revires los ojos, no me los revires, no; porque no te estoy quitando tu pañolín de limón.
Las muchachas de La Fuente se enamoran de Gaspar, porque les hace zapatos de badana y balatá.
¡Dale duro a ese pilón, que se acabe de romper¡ mi padrino es carpintero y lo sabrá componer.
Por la calle del molino ya no se puede pasar porque está Juan Colorado que nos quiere enamorar.
Las muchachas de hoy en día, Yo les diré cómo son: alegres para un fandango y tristes para el pilón.
Allá arriba, muy arriba, donde llaman tingo tingo, pilan maíz las gallinas y fuma un perro cachimbo.
La juventud va creciendo como la mata de arroz: aquí te estoy esperando para casarnos los dos.
Las manos de este pilón van subiendo y van bajando: parecen dos corazones cuando se están alejando.
Cuando me pongo a pilar creo, por comparación, que estoy pilando mis penas; y así me agarro el pilón.
¡Dale, niña, a ese pilón, dale lo mejor que puedas¡ Dale, niña, a ese pilón, y comeremos arepas. Este pilón es muy duro; pero lo habré de romper si llego a vieja pilando, porque me he de mantener.
¡A pilar, niña María, tu mamá te va a pegar¡ No sabes moler arepa ni tampoco “tequenar”
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